miércoles, abril 07, 2010

Los Demonios siguen sueltos

Los seres humanos, esos que nos sentimos normalitos, somos tan afectos a juzgar sin piedad a cualquiera que no sea, haga o diga lo mismo que el colectivo, es decir aquel que es diferente es señalado.
A simple paso, por la calle se hace el famoso ejercicio del micrófono, y aquellos sorprendidos con la cámara encima de su humanidad un micro frente a su boca y un/a reportero preguntadole desde ¿Qué opina de que un país europeo tenga el penacho de Moctezuma y no nos lo quiera devolver? Hasta si las lista de convocados para la selección esta completa, sobrada o fallada.
Usualmente los mexicanos normalitos, callarían, los medio calzonudos expresarían su opinión aunque no se las pidiera nadie (una servidora cae en esta clasificación) y el mexicano clase política /artística tipo Carmen Salinas, que ella opina sobre todos acerca de todo lo que les sucede, sin dejar de mencionar lo grande que fue su hijo Pedrito.
Pero al mexicano de a pie que le clavan en micro en la cara, no le queda más que responder en conciencia o sin conocimiento, lo que sea, pues de otra manera se evidenciara como un anicéfalo semoviente, por lo que contesto lo que sea, aunque sea una brutalidad, aunque yo mismo sepa que lo que diré será una burrada.
Dentro de mi descanso soñado, pero que resulto obligatorio, entre sueño y sueño, flema y flema, oía yo del caso de la niña Paulette.
No puedo dejar de señalar que me parece muy triste que los niños de este país, de cualquier nivel y condición estén en completa indefensión en la mayor expresión de lo que la ley define ese término.
Niños solos, olvidados, mimados hasta la nausea, pero solitarios, reprimidos, obligados muchos de ellos a trabajar desde tan tierna edad, donde la niñez y adolescencia se ve subyugada a la realidad de su entorno y pasan en Fast Track a la vida adulta con todas sus obligaciones y sin sabores.
Un padre en Valle de Bravo con sus hijas y una de las dos nanas, que regresa al mismo tiempo que la madre retorna de una tournée por Los Cabos con una amiga que se ve mas asustada que si le hubieran puesto a Jack Nicholson en The Shining.
La madre que dice que la acostó y la arropo, nos dice en primera instancia que la cama era matrimonial y que ahí dormían las dos niñas, cosa que no se ha vuelto a mencionar.
Ahora unos dicen que el papá es medio lerdo y la madre una bruja.
El amigo/amante internauta de la madre a quien se le define al inicio como su entrenador personal, ahora resulta que es un hombre de negocios, que no visita gimnasio alguno y que solo tomó el café una o dos veces con la madre, y chateo con ella “banalidades”.
Grabación de la voz de la madre advirtiéndole a la hija mayor que no dijera nada: “si dices algo hasta a ti te acusaran de haberla sacado en la noche” ¿?.
Los perros no ladraron, los tres guardias de seguridad uno por cada entrada (dos) y otro en rondín, nunca vieron nada extraño.
La amiga con la que viajo la madre duerme en la misma cama de la niña 4 noches seguidas.
Lily Téllez de TV Azteca le hace una entrevista el día 26 de marzo a la madre desde la misma cama.
En un video aparece la piyama de la niña doblada, piyama que es con la que aparece muerta 5 días después.
Pienso y pienso.
Cada vez que oigo “¡Ay! La culebra” recuerdo un 23 de marzo y la muerte de Luis Donaldo Colosio, alguien que no tenía porque ir a donde fue, es decir lo pusieron ahí no más para que se diera el asunto.
¿Y Ruiz Massieu? Donde la Paca hasta encontró los restos del asesino intelectual, siendo que después nos dirían que los demonios andan sueltos.
¿Y el Cardenal de Guadalajara? ¿Ya se le habrán olvidado a Carlos Salinas los gritos de “asesino”?
¿Como unos narcotraficantes pudieron llegar hasta la Nunciatura Apostólica del Vaticano en México, hablar con el nuncio, pedirle una cita con el presidente Salinas, el Nuncio irse a llevar tan relevante encargo, el presidente no acepta la reunión y en medio de todos esos dimes y venires, nadie, pero nadie puede aprenderlos en la espera?
Y así aunque tengamos cámaras que nos muestren quienes, como y cuando, como en caso del Bar Bar, aún seguimos sin saber nada del JJ.
Pero eso si, no hay implicación alguna para el dueño del mismo, aunque su propia gente ayudo a salir al asesino y minutos después ayudo a limpiar y a impedir la entrada de la policía.
Y así podría seguirme, y es que no sé si nos da miedo la verdad o como todos tenemos nuestro “secretito”, obvio que no de estos niveles, puesto que a nuestro nivel será un pecadillo por ahí de impuestos o placas vencidas.
La vida pasa, este México, se nos cae a cachos entre la ecología rebasado por la queja de la naturaleza; una democracia más limítrofe que el padre de Paulette.
Unos partidos políticos que ya esta pidiendo “todo el peso de la ley para este caso”, pero que no se comprometen a crear una comisión para descubrir quien mato arteramente a ese grupo de madre y niños que iban ilusionados por sus becas de la SEP.
Todo se resume a que los adultos de estos años debemos sentirnos avergonzados de no elevar la voz y decir que esto se acabó, basta de sueldos millonarios, de prebendas, de conciertos y salidas a ver el mundo, como lo hacen nuestros diputados, Basta de camionetas blindadas, ¿Para que las necesitan? ¿Por qué alguien quisiera asesinar a tan sensibles y entregados tribunos?
México como me dueles, México que avergonzado debes de estar de quienes te poblamos.
México quiero volver a creer en tus ciudadanos.

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