lunes, abril 21, 2014

Ser una Leyenda Urbana

Ser una leyenda urbana no es fácil...ni agradable, es un estatus en el inconsciente colectivo que se va mutando según quienes conformen dicho colectivo.
La verdad es que no siempre es verdad todo lo que se dice, y se pasa de boca en boca, generalmente  si es algún detalle erróneo o una actitud equivocada eso es lo que más permanece en dicho inconsciente, lo bueno o ciertas virtudes quedan aplastadas por errores reales o ficticios del pasado.
Uno puede cambiar, tomar terapia, modificar tus gestos, hasta tu tono de voz y nivel de volumen, da igual, el colectivo influye más, que el personaje que alimenta dicha leyenda.
Yo tengo el privilegio de ser una de esas leyendas urbanas, en dos sentidos, en mi contexto laboral un perfil, y en el familiar otro, ambos son inversos a mi realidad personal, ambos no son todo lo positivos que en realidad algunos dicen que soy, pues después de conocerme en corto me dicen: "Chispas que distinta eres a lo que me imaginaba".....
Obvia pregunta: "¿Y por qué lo imaginabas?"..."Porque "x" o "y"  me dijeron" "Porque tu pronto es de muy fuerte y das miedo" "Porque al hablar siempre quieres tener la razón"......y podría llenar páginas de tantas versiones de mi misma que he escuchado.
Es muy latino el creer lo que nos dicen sin antes dejar libre nuestra mente para que la percepción del sujeto o suceso nos lleguen de primera mano, es más fácil esperar lo peor...puede que aciertes, según el dicho.


Si uno ha aprendido desde pequeño a ser independiente, no por decisión sino por condición, a ser preparado para ser autosuficiente, a prevenir que podría suceder si tal o cual suceso se dieran en nuestra vida, advertida de que no tendría más soporte que mi propia voluntad y determinación, siento lógico que uno madure más rápido sobre ciertos temas, sin príncipes encantados ni casita de Susanita.

Obvio que uno es resultado de la genética, el entorno y la historia personal que te van modelando. 

Más, eventualmente,  haces una pausa en tu vida (a veces más de una), te dedicas a reflexionar las causas y los efectos de lo que vas llevando a cuestas, si uno es positivo y de visión clara, va descargándose de emociones negativas, de personas tóxicas y de las propias emociones que uno se crea, que no son más que producto de recuerdos que deben ser borrados, o de contextos mal percibidos.
Detrás van quedando y uno va transformándose ¿madurez? ¿experiencia? ¿paz emocional? ....todo en conjunto, no lo sé, pero uno cambia sus zonas erróneas en áreas de oportunidad y si las aprovecha sientes como tu alma se va quedando en paz y miras todo y a todos de forma diferente.

El proceso es tan corto o tan largo como las heridas, las experiencias y la vida te haya puesto retos, la forma cómo los afrontaste,  como la ves en perspectiva, el deseo de ser feliz, de vivir en tranquilidad armónica con uno mismo y con los demás.

Es difícil, iniciando por la decisión profunda del cambio, por uno mismo, por el sólo deseo de ser tal cual uno es, sin importar los errores del pasado, abriéndose a la vida: diciendo: lo pasado ya no podré borrarlo, pero mi presente será congruente a mí ser, a la que soy, no a lo que se dice o se piensa de mí. 
Porque aunque me pinte de verde quien me quiere ver morada lo hará, porque no puede ver bien o porque le conviene verme y asumirme morada.

El siguiente paso es aceptar, aceptar lo facto, lo que soy, pensar que me debo a mi yo interior, a mi derecho a ser, sin más límite  que el respeto a los demás. 
Sorprendentemente quienes también están abiertos a no sentar percepciones inmutables, logran verte con esa nueva visión y te asumen.

Hoy quiero confesarme libre, hasta donde he podido sanar. 
Siento que hay mucha calma en mi y emociones positivas, que la felicidad es un estado pacífico con picos de alegría, logrando con ello más visión para lo que se presenta en el día a día.

Acepto que no debo seguir preocupándome si las cosas que no están bajo mi control están saliendo mal, pues eso es responsabilidad de quienes las realizan y tendrán el peso de la consecuencia, pues no hay peor consejo que el no solicitado.

Que el luchar por demostrar que uno tiene la razón por experiencia o por capacidad, no es indispensable, uno lo sabe y debe de dejar que los demás vivan su propia experiencia.

Acepto que mi principal razón en esta vida es quererme para poder dar cariño, cuidarme para estar cuando me necesiten, y valorarme para saber cuánto valen los que me rodean y los que van pasando a momentos de la vida.

Hoy quiero confesar que estoy realizada, que nunca pensé que esta etapa fuera tan bella, que si por momentos no lo es,  debo parar y decir: "Yo Me Acepto", pues ya me he demostrado quién soy y de que soy capaz.


Terminaré este mensaje con la letra de una canción, recién descubierta por mí, cantada por Isabel Pantoja, letra la que en algunos párrafos me siento reflejada:

Hoy quiero confesar
Que estoy algo cansada,
De llevar esta estrella que pesa tanto.
Que perdí en el camino tantas cosas,
Que me hicieron a veces tanto daño.

Si estoy alegre o triste
¿Quién lo sabe?
Si todo el mundo tiene la razón,
Hoy quiero despojarme
Y desnudar el alma,
Para que sepan todos como soy.

Soy un poco la sal, y poquito la arena,
Primavera despierta en una ventana
Soledad y vacío cuando espero,
Corazón encendido si me llaman.

Hoy quiero confesar que he llorado mil veces,
Escuchando las notas de una guitarra,

Que le debo a la vida tantas cosas...

No hay comentarios.:

Sistema Educativo en Japón

“Futoji no Henko”,  "El cambio valiente" Se ha probando en Japón desde 2012, un revolucionario plan piloto llamado “Cambio Va...