
Quiero dar gracias a todos aquellos que me maltrataron,
hirieron o me hicieron sentir indeseable, por ellos he encontrado una fortaleza
que no sabía que tenía.
Agradezco a la vida mi trabajo y entorno laboral, pues soy
una bendecida de Dios, hago lo que más me gusta, estoy donde deseo estar,
conozco nuevos seres humanos constantemente, quienes me aportan más conocimiento
de vida.

Soy feliz por todo lo que tengo, a pesar de que a veces
duela o me limite, eso me ha dado más paciencia y comprensión hacia los demás.

Desde mi habitación, relajándome y mejorando mis daños
físicos, agradezco este tiempo obligado que me ha llevado a la reflexión, la
aceptación y la revelación.
Reflexión de lo que he hecho y lo que me falta; aceptación
de mis límites y lo que puedo lograr con lo que queda y revelación de una
fuerza interior con armonía conmigo misma y con mi fe.