martes, febrero 11, 2020

Sistema Educativo en Japón

“Futoji no Henko”, "El cambio valiente"

Se ha probando en Japón desde 2012, un revolucionario plan piloto llamado “Cambio Valiente” (Futoji no henko), basado en los programas educativos Erasmus, Grundtvig, Monnet, Ashoka y Comenius.

Es un cambio conceptual que rompe todos los paradigmas.
Es tan revolucionario que forma a los niños como “Ciudadanos del mundo”, no como japoneses.
En esas escuelas, no se rinde culto a la bandera, no se canta el himno, no se vanagloria a héroes inventados por la historia.
Los alumnos ya no creen que su país es superior a otros por el solo hecho de haber nacido allí.
Ya no irán a la guerra para defender los intereses económicos de los grupos de poder, disfrazados de “patriotismo”.
Entenderán y aceptarán diferentes culturas y sus horizontes serán globales, no nacionales.
¡Imagínese que ese cambio se está dando en uno de los países más tradicionalistas y machistas del mundo!
El programa de 12 años, está basado en los conceptos:
· Cero patriotismo.
· Cero materias de relleno.
· Cero tareas.
· Y Solo tiene 5 materias, que son:
1. Aritmética de Negocios.
Las operaciones básicas y uso de calculadoras de negocio.
2. Lectura.
Empiezan leyendo una hoja diaria del libro que cada niño escoja, y terminan leyendo un libro por semana.
3. Civismo.
Pero entendiendo el civismo como el respeto total a las leyes, el valor civil, la ética, el respeto a las normas de convivencia, la tolerancia, el altruismo, y el respeto a la ecología.
4. Computación.
Office, Internet, Redes Sociales y negocios on-line.
5. 4 Idiomas, Alfabetos, Culturas y Religiones: japonesa, americana, china y árabe, con visitas de intercambio a familias de cada país durante el verano.
¿Cuál será la resultante de este programa?
Jóvenes que a los 18 años hablan 4 idiomas, conocen 4 culturas, 4 alfabetos y 4 religiones.
· Son expertos en uso de sus computadoras.
· Leen 52 libros cada año.
· Respetan la ley, la ecología y la convivencia
· Manejan la aritmética de negocios al dedillo.
CONTEXTO
Maria Doris Hernández Ochoa
Japón surgió de las cenizas al terminar la Segunda Guerra Mundial en 1945; el militarismo lo llevó a la ruina, pero como el Ave Fénix, emergió para iniciar una nueva etapa reconociendo que un sistema educativo moderno y la disciplina por el trabajo, lo llevaría a un nuevo progreso, ya sin sombras de guerra ni dependencia política. Paradójicamente, un estadounidense les apoyó en el intento de regeneración y ellos supieron apreciar la aportación de un Deming, olvidando rencores, y así iniciaron el proceso por la calidad total.
La “venganza” sería en este campo superando a sus antiguos enemigos que también fuero genocidas, con mayor producción y en el PIB.
Ha sido una especie de sublimación del resentimiento. Todo progreso nacional parte de un sistema educativo y Japón lo tuvo presente. Después de 12 años de formación en la educación elemental y la secundaria en dos niveles, que es obligatoria, quienes deseen proseguir, deben someterse a varios exámenes para acceder a la escuelas de nivel superior ya sea nacional, públicas locales o privadas, incluyendo posgrados.
A estas últimas tienen acceso estudiantes extranjeros. No obstante la rigidez de los estudios, ahora está en etapa de experimentación de un sistema todavía más exigente para los estudiantes locales llamado “cambio valiente”, traducción de futojino henko, el cual rompe con todos los esquemas ya probados, cuyo objetivo es formar no buenos japoneses, sino a “ciudadanos globalizados” que va más allá del perfil nipón. En este tipo de escuelas no hay himnos, banderas, culto al emperador o a héroes y se liquida el prejuicio de que el país es superior.
Se mata al nacionalismo, que tan definitivo papel ha jugado en las guerras que se han sostenido en el mundo. Se acaba con el “patriotismo” del cual han abusado los señores de la guerra. El japonés egresado del sistema 12 años después, acepta a todas las culturas, religiones y tipos de gobierno; en otras palabras, se abate el prejuicio, que tanto limita la mentalidad y el desarrollo.
En el “cambio valiente” no hay tareas y se aplican solamente materias fundamentales que son: la aritmética de negocios, la lectura de un libro por semana, el civismo que se interpreta como: respeto a las leyes y normas, el valor civil, la ética, la tolerancia, el altruismo y el respeto a los ecosistemas. También aprenden computación en todos los recursos que ofrece incluyendo negocios en línea.
En una fase final, el estudiante tiene que hablar 4 idiomas, conocer otras culturas y religiones empezando por la suya, la árabe, china, estadunidense, etc., viviendo durante los veranos con familias de otros países, observando una conducta impecable.
El resultado final que se pretende es ciertamente, lograr una persona perfectamente preparada para actuar en cualquier parte del mundo de manera productiva, convertirse en un “ciudadano del mundo” que lo mismo puede desempeñarse en una organización de Escocia o del Brasil.
Este modelo educativo es una referencia válida para contrastarlo con el que se aplique ahora en cualquier país. 


Si los radicalismos no son aceptables, en la educación se puede dar la excepción… y triunfar!.

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