Para mi sobrina Gabriela Ancona Domínguez, quien nuevamente abre sus alas con la mirada lejos del terruño, después de un tiempo en que vino a cargar baterías,
a rebeber agua de pozo y encontrarse con las oportunidades de demostrar que no
hay posición en desventaja si sabemos demostrar que somos capaces.
En ella no hay
cansancio, no hay enfermedad, no hay disculpa que valga para cumplir con la encomienda, porque para eso hemos sido educados, para dar lo mejor de
nosotros.
Te regalo simbólicamente la canción que me ha marcado y dado guía desde
que la escuche por primera vez.


Esta canción define perfectamente nuestra visión compartida, estamos para lograr ser todo lo que somos
capaces, no hay medias tintas.
Me es difícil decir "hola" y al mismo tiempo "adiós", prefiero convencerme que este momento es
en realidad un "hasta siempre".
Sabes que tienes un ángel en cada hombro.