Querida Madre Flora, le agradezco profundamente las muestras
de cariño y la atención prestada, como siempre, para la realización de nuestra
celebración de 40° Aniversario de egreso del nivel de preparatoria más nunca
del Colegio.
Querida Madre, distancia no es ausencia, la congregación y
el colegio han estado presentes en mi vida, ahora más que nunca.
La formación y el cariño que recibí entre esas paredes y
espacios me dieron todo lo que en ese momento necesitaba: cobijo, consuelo,
comprensión, pertenencia y guía.
A esta edad me doy cuenta de la cantidad de detalles que yo
asumía como naturales pero que a la luz de los años me doy cuenta que eran
privilegios que recibía aun rompiendo paradigmas académicos, como permitirme salir de clase, cualquier día
a cualquier hora, se me permitía como algo natural desde secundaria, para que yo fuera a la cocina a ayudar a la
Madre Ana, o a ver a la Superiora en curso para conversar de las noticias, irme
al kínder a ayudar a las maestras; acompañar a la Madre Concepción a sus
trámites por las tardes, o llevarme al Avelino a suplir a una maestra de 4° de
primaria una tarde de viernes...cuando yo estaba en 2° de secundaria.
Todo eso que me permitieron fue también una formación mucho
más relevante que la clase de matemáticas omitida por mí.
Recibir mi idea y aceptarla, de comprar la cabeza de un
cochino real para recibir a la Madre General en su visita al colegio. ..dicha
cabeza sería utilizada para el baile del cochino en el que yo participaba y que
me dije y espeté con desparpajo que debería ser de un cochino real,
permitiéndonos salir e ir al mercado grande a encargar e ir a recogerlo una
semana después.
Tanta confianza, sembró en mí una seguridad de que los
sueños pueden ser posibles.
Fui expulsada del colegio en prepa y fue el dolor más grande
de mi vida...al día siguiente fui requerida para recibir una disculpa, lo que fue un trancazo
emocional inconcebible, el que se me pidiera a MI una disculpa por el equívoco,
el cual me había hecho llorar todo el camino a la casa, entrar y encerrarme en
mi cuarto...con rabia y furia....pues mi mayor tesoro me había sido
arrebatado. Mi madre en lugar de
cuestionarme, se asombró de ese dolor tan profundo, pues no podía comprender cuán grande era mi dolor, así como el inesperado el
resultado.
Tantas actividades, como retiros que no podía pagar y que era
admitida con tal de que yo colaborará en la cocina del retiro durante las
comidas, cosa que hubiera yo hecho de
cualquier manera.
Me forjado sentido de pertenencia con detalles y frases
dichas y bordadas delicadamente, tal
cual Santa Claudina refiere.
Mi salud pareciera jugarme en contra como ayer, cuando lo tenía
todo listo para asistir.
Le confieso que las reuniones como los tés no son lo mío.
Más espero poder ir algún día y se me permita usar el elevador para pasar unos
minutos en esa capilla... Prometo no tocar la campana, aunque oficialmente se
me enseñó a hacerlo, cuando me quedaba por gusto en las tardes y apoyaba a la Srita
Milda o a la Madre Lucía.
Agradezco a Dña. Ma. Cristina Palma de Patrón haber
insistido e insistido a mi mamá que me cambiará del Rogers al colegio en
primaria, tardé un mes en ir pues me revelaba a dejar a mis amigos varones del
colegio mixto, pensé que no podría haber mayor felicidad.
Gracias a Dña. Ma. Cristina que vio cual era mi sitio, después de conocerme desde que nací y que me llevaban a su casa en moisés tres veces a la semana para que ellas jugarán canasta y yo creciera estando en esa mansión sin ser vista ni escuchada, pero viéndolo todo.
Gracias a Dña. Ma. Cristina que vio cual era mi sitio, después de conocerme desde que nací y que me llevaban a su casa en moisés tres veces a la semana para que ellas jugarán canasta y yo creciera estando en esa mansión sin ser vista ni escuchada, pero viéndolo todo.
Ayer tuve que elegir medicamento entre la misa o ir al
evento y mi elección fue exclusivamente por necesidad...Yo tenía que coordinar
el video y otras cosas.
El no poder asistir a la misa, no poder reencontrarme con esa hermosa capilla donde tantas veces oré a mi estilo, comentándole a la Virgen mis cuitas y sueños, fue una decisión dolorosa.
Tuve que elegir entre lo verdaderamente relevante en mi corazón, por lo que requería mi supervisión.
El no poder asistir a la misa, no poder reencontrarme con esa hermosa capilla donde tantas veces oré a mi estilo, comentándole a la Virgen mis cuitas y sueños, fue una decisión dolorosa.
Tuve que elegir entre lo verdaderamente relevante en mi corazón, por lo que requería mi supervisión.
Así que nuevamente le agradezco por todo.
Su disco fue una gran ayuda y Mary Laviada se lo entregará, lo cuidé mucho.
Espero que pueda ver el video que realicé y que le haya
gustado la taza que le entregamos, úsela
por favor, para que sienta nuestra presencia constante.
Sean por siempre alabados Jesús y María.
Con cariño y reconocimiento,
Patricia Ancona Gonzalez
Formada en Jesús María