A mis ya casi 6 lectores (el casi, es porque no estoy segura si hay uno que escribe con doble nick) les informo con toda alegría que: ¡Ya llegaron las vacaciones de Primavera!. De facto la primavera oficialmente no llega, pero los mexicanos que nos regimos mas por el instinto que por la realidad, entonces simplemente al calendario litúrgico lo vestimos de primavera, por no poder admitir la gran pachanga que nos deleitamos viviendo a toda religiosidad de un pueblo oficialmente laico que se lo pasa ATM las fechas religiosas; las que, dicho sea de paso, sumadas a las oficiales y a las costumbristas (de la madre, del padre, del compadre), nos aventamos casi 40 días al año de vaca_ciones al más puro estilo mexican way of life, digo, esto es en el supuesto de que no trabajes en el sector educativo, porque si es así, ¡Pos sumale Nabor!
¿Que premio habrá obtenido el ilustre ser que desde algún mohoso escritorio de la SEP hace como dos décadas bautizó estas fechas como Vacaciones de Primavera?
Y me pregunto ¿Por qué se debería de vacacionar en primavera?, pues quien sabe. La realidad es que había que oficializar la costumbre, ¿Y que nombre le pondremos, matarilirilirón?
¡Pues le pondremos Primavera!
Finalmente igual nos vamos a vacacionar, pero ya con nombre oficial con apego a la Constitución.
Y he aquí que nos tienen ya gastando aquello que apenas nos ajustaba para ir bajando las deudas prenavideñas, navideñas y postnavideñas, las de inicio de semestre escolar y el ahorrito para el regalo del Día de las Madres, finalmente que aún falta.
Y nos vemos apurados haciendo maletas, contando bodoques, llenando las terminales de aviones y autobuses en un portento de frenética desesperación por llegar, ver, comprar, comer, cansarse, es decir cometer absurdos abusos sobre nuestras humanidades (pos luego llegamos a relajarnos a la casa).
No sé si esto me sale del corazón o del hígado, debido a que este año no reactivaré la economía de nuestro maltratado vecino distante, los USA, pues las últimas primaverales épocas cruzaba a esa hermosa, arquitectónica y cultural ciudad de Laredo, Texas a avituallarme de cualquier cantidad de enseres necesarios o de necesidad creada en el momento.
¡Ayyy! que lindo es ir de shopping y que encuentres hasta tallas mas grandes de las que requieres.
Perooooooooooooooooooooooo, sorpresas de la vida, ahí se requerirá la paciencia para adquirir un nuevo sentido de identidad, al toparte con toda clase de paisanos, quienes en igual deseo de consumismo, se encuentran en los malls batallando entre bolsas, radios de intercomunicación con la prole disgregada y su deseo de verse fashion.
Es en esos días cuando me cuestiono si los gringos son o se hacen, debido a que no sólo los inmigrantes son caldo para su desarrollo económico, sino la sociedad medio clase mediera mexicana les reactivamos su economía cada "vacación", logrando que sus tiendas y outlets queden todos abatidos como si hubieran sido atacados por "fuego amigo" en Iraq.
¿Qué no se habrán dado cuenta que ya retomamos lo que Santana les regaló?
En sitios como Laredo realmente ser ciudadano de los USA requiere pasaporte.
Me preparo para quedarme en mi predio en parte a preparar material para futuros trabajos y en parte porque, este año me toco quedarme en casa.
¿Que premio habrá obtenido el ilustre ser que desde algún mohoso escritorio de la SEP hace como dos décadas bautizó estas fechas como Vacaciones de Primavera?
Y me pregunto ¿Por qué se debería de vacacionar en primavera?, pues quien sabe. La realidad es que había que oficializar la costumbre, ¿Y que nombre le pondremos, matarilirilirón?
¡Pues le pondremos Primavera!
Finalmente igual nos vamos a vacacionar, pero ya con nombre oficial con apego a la Constitución.
Y he aquí que nos tienen ya gastando aquello que apenas nos ajustaba para ir bajando las deudas prenavideñas, navideñas y postnavideñas, las de inicio de semestre escolar y el ahorrito para el regalo del Día de las Madres, finalmente que aún falta.
Y nos vemos apurados haciendo maletas, contando bodoques, llenando las terminales de aviones y autobuses en un portento de frenética desesperación por llegar, ver, comprar, comer, cansarse, es decir cometer absurdos abusos sobre nuestras humanidades (pos luego llegamos a relajarnos a la casa).
No sé si esto me sale del corazón o del hígado, debido a que este año no reactivaré la economía de nuestro maltratado vecino distante, los USA, pues las últimas primaverales épocas cruzaba a esa hermosa, arquitectónica y cultural ciudad de Laredo, Texas a avituallarme de cualquier cantidad de enseres necesarios o de necesidad creada en el momento.
¡Ayyy! que lindo es ir de shopping y que encuentres hasta tallas mas grandes de las que requieres.
Perooooooooooooooooooooooo, sorpresas de la vida, ahí se requerirá la paciencia para adquirir un nuevo sentido de identidad, al toparte con toda clase de paisanos, quienes en igual deseo de consumismo, se encuentran en los malls batallando entre bolsas, radios de intercomunicación con la prole disgregada y su deseo de verse fashion.
Es en esos días cuando me cuestiono si los gringos son o se hacen, debido a que no sólo los inmigrantes son caldo para su desarrollo económico, sino la sociedad medio clase mediera mexicana les reactivamos su economía cada "vacación", logrando que sus tiendas y outlets queden todos abatidos como si hubieran sido atacados por "fuego amigo" en Iraq.
¿Qué no se habrán dado cuenta que ya retomamos lo que Santana les regaló?
En sitios como Laredo realmente ser ciudadano de los USA requiere pasaporte.
Me preparo para quedarme en mi predio en parte a preparar material para futuros trabajos y en parte porque, este año me toco quedarme en casa.
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