Queridos y amables lectores, me dirijo a ustedes para
avisarles, con la pena, que me voy de vacaciones. En parte porque me toca y en
parte porque mi doctora me ha indicado que, o las tomo o vaya seleccionando
cajita para que quede cómoda en mi camino a la vida eterna, ¡Aja!.
Más como una servidora tiene pendientes agendados, a la
fecha, hasta el 2015 y porque además uno de mis mayores placeres es hacer lo
inesperado, he decidido no darle vida a la profecía médica y mejor cumplir sus
designios, por lo que procedo a tomar camino con destino no muy definido pero
con una razón muy identificada, relajarme hasta cansarme de estarlo y casi
pedir abrir el correo electrónico, o suplicar por una
llamada para solucionar algún entuerto propio o ajeno.
Debo de confesar que lo que más disfruto de las vacaciones
es la expectativa de las mismas, determinar el dónde, el cuándo…..y el con qué.
Resuelto eso, queda la espera del momento y el cúmulo de
pendientes que terminar para poder alcanzar el paraíso llamado: libertad para
no hacer nada.
Todo inicia bien, más según van pasando las horas de ese
"Dolce far niente" empiezo a sentir culpabilidad cimentada en la
formación obtenido en colegio católico y siento como que debo de llamar a
alguien para algo que no recuerdo que es, pero que seguramente es importante, o
que alguien debe de estar buscándome o requiriendo mi valiosa visión y
determinación para resolver lo que nadie más que yo (según yo) puede.
Lo que quiero decir es que simplemente mientras inicio el
proceso de relajarme, inicio el proceso de culpabilidad por estar sin hacer más
nada que eso, NADA.
Lo que me lleva a meditar acerca de los problemas de tantas
personas conocidas y no tanto, que me voy apenando con sinceridad, de
disfrutar, e inicia ahí una rebeldía entre el ser y la calamidad de ser como
soy.
Si alguno de mis 4 lectores (los otros 5 están de
vacaciones, felices y regocijados, sin computadora y sin necesidad de saber mi
opinión o mis avatares) piensa que esto es un problema psicológico, debo de
decirles que tienen razón, me molesta estar agotada y me hace sentir culpable
el descansar.
Trataré con todas mis fuerzas el superar este escollo y
divertirme hasta que me falte el aire.
Remojarme hasta quedar como papel pergamino.
Disfrutar de los sabores, a la medida de mis posibilidades
físicas.
Y regresar a la vida, con nuevas fuerzas, ánimo, serenidad y
tolerancia.
Mientras eso sucede, ahí les dejo estas letras y mi
reputación, con lo primero espero que se relajen, pues descubrirán, que por
confundidos que estén, yo lo estoy más; con lo segundo, les doy libre albedrío
para decir lo que deseen sobre esta persona, finalmente de mi como de Benson
and Hedges ya todo está dicho.
Ahí nos vemos, dijo José Feliciano.
2 comentarios:
disfruta tus vacaciones!!!!!!
merecidas te las tienes, ya nos contaras tus aventuras vacacionales.cuidate con cariño ANI=)
pango¡¡¡ como va esa culpabilidad?? porque siempre es asi¡¡¡ jajaja cuando estamos haciendo las cosas decimos quiero un descanso y cuando porfin descansamos decimos ... esto esta mal¡¡¡ jajajajaja un abrazote y disfruta las vacaciones que me gustaria seguir leyendo la doctrina pango un ratotote mas y no creo que el internet llegue hasta donde anda san pedro¡¡
jajaja tu amiga jezzicka
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