Como
todo ahora viene en combo, así el título de este mensaje se acomoda a las
situaciones, dejando en claro que no incluí Nochevieja y Año Nuevo porque eso
ya sería un exceso hasta para mí.
Queridos
lectores, ya no diré cifra de cuántos son, pues no estoy segura si han
aumentado o sin van bajando (imagino que por la falta de tiempo por esta época)
más a los perseverantes, quiero desearles que la pasen uptothemother,
recordando que no son fiestas de dios Baco sin de celebración por el nacimiento
de Jesús, que por tanto nos pongamos a tono con una comida sabrosa, pero nada
extravagante; con ropa linda pero cómoda, para pasarla bien; estar en familia,
con seres que nos quieren y nos aprecian por lo mismo que nosotros los
queremos, por aceptarnos tal y como somos mutuamente y querernos precisamente a
pesar de eso.
Viendo
hacia atrás, creo ser una bendecida, porque por el contrario a lo que creí por
mucho tiempo (Tigger), hay tanta gente que me aprecia y me estima y a la que
amo con fraterno sentimiento, que sinceramente yo no pertenezco al club de Scrooge,
muy por el contrario, festino estas épocas, más reconozco que se me dificulta
tanta miel.
Frases
y frases que elaboramos los mexicanos cuerdos o con leve borrachera; frases
cursis y acarameladas, que no sé si por la diabetes, me caen como un baño de
miel en mal momento, y es que si esos de las tarjetas gringas, que tiene una
para cada situación, hasta las más impensable, descubrieran cuantas frases rosa
mexicano hasta la incomodidad, puede disparar por minuto vía texto celular o
vía mail un mexicano en diciembre, les aseguro que nos nombrarían pueblo
franquicia y ahora sí, a administrar la abundancia como lo decía el gran JOLOPO (quien no sabe quién es jolopo, es que tiene menos de 45 años, por lo
tanto, que no se me preocupe por no saberlo).
Siento
que es momento envidiable para que nos pongamos las pilas, usemos nuestro
dinerito en bienes indispensables y que se requerían imperantemente, en
obsequios significativos, preferiblemente hechos por nosotros mismos (como las
galletitas navideñas de mi sobrina Tere); un poco para guardar y un poco para
amortiguar todos los impuestos, que cual tsunami, nos vienen encima al grito de
entúmaseme aquí.
Dejemos
el boato y los licores carísimos, por un buen y mesurado vinillo, grata charla,
anécdotas todas, eso sí, positivas acerca de los presentes y especialmente
sobre los ausentes; alabanzas a quien se sobó el lomo cocinando, en fin,
conciencia de poder disfrutar lo que muchos no tienen, pensar en ello, y
procurar darle a alguien algo de lo que nos haya hecho falta alguna vez:
atención, cariño, paciencia, tiempo de calidad.
Aprovechemos
esta época, que para cada religión significa algo, hasta para la que no
significa nada, pero que eso si, se toman los días, por aquello de que ya
vienen incluidos como derecho sindical, para regalarnos, es decir, darnos en plenitud
a los otros, al trabajo, a la sociedad y a nuestro país.
Para
que las próximas fiestas tengamos más que celebrar, y más gente pudiendo
hacerlo, y no sólo viendo la publicidad que muestran familias felices; logremos
sacarle un poco de felicidad a tanta persona incrédula, sola, abandonada,
requerida de lo más indispensable, como lo es el saber que alguien más piensa en ti y sonríe al recordarte.