lunes, septiembre 16, 2013

México, como dueles

Oyendo a una de las más bellas voces latinas, Eugenia León me vino este sentimiento de dolor. 
Ella dedica a México una canción que bien puede ser de amor o bien describir nuestra historia como nación desde nuestra independencia.
Dicho tema lleva por título "De que te cuidas" y describe perfectamente para mí el resultado de tantos años, de siglos de sometimiento.
El mexicano, el pueblo mexicano, no somos esa clase media con voz semi-acallada, ni la clase política que pasa de una familia a otra, amigas o enemigas entre ellas, tricolores , azules o amarillas, pero con sobre entendimientos en donde la gran masa no entra, no cuenta, sirve para el bulto, para el acarreo, esa masa individualizada por la esperanza del billete del momento, la torta y la oportunidad de pasear y gritar nombres hasta el cansancio, para regresar a la choza, a la paja, con la tierra por piso. A escuchar las toses de los pequeños, quienesno saben si el maestro vendrá esta semana a dar clase, aveces en un sólo sitio con techo, a veces bajo el sol, a todos los grados académicos del nivel primario.
Con la esperanza de que el doctor de la clínica del seguro ahora si venga y tenga tiempo para ver al abuelo, al padre, al niño, que con dolor esperan y esperan sin emoción en la mirada.
¿Quién les quitó esa chispa de indignación? ¿Quién les ha convencido que son utensilios desechables?
¿De dónde el miedo a perder apoyos que de cualquier manera les son condicionados?
A veces me pregunto a mí misma ¿Por qué ya no me dan ganas de reírme de los gobernantes? ¿De los chistes con soporte real sobre sus fallas e impreparación para los puestos y beneficios que reciben?
Un pueblo con hambre y enfermo arrastrado de todos los rincones del estado de México para gritar bajo la lluvia: "Peña, Peña", con fuegos artificiales con un costo de millones de pesos, cena para la clase política nacional y extranjera.
¿Qué requerimos para darnos cuenta que no se privatiza Pemex porque entonces tendría socios que no permitirían los abusos que se cometen tanto por los gobiernos como por los sindicatos?
¿Qué requerimos para tener la fuerza para decir: "estoy harto de que me den citas de hasta tres meses para una infección de riñón y que la mitad de las medicinas recetadas no hayan en el propio Seguro Social"?
¿Qué requerimos para pedir que antes de iniciar una Reforma Educativa, se haga el censo de escuelas y de maestros? Para que se nos indique ¿qué curso se requiere dar al hasta ahora perverso sistema educativo mexicano donde la memorización es la reina de las competencias? 
¿Qué se necesita para tomar conciencia de que hay generaciones de "analfabetos funcionales" que hasta terminan la universidad pero no son capaces de razona o dar una opinión razonada o relativamente coherente?
¿Esos son los profesionales que nos educaran, curarán, edificaran hospitales y escuelas; quienes trataran a los ancianos y a los jóvenes discapacitados con tolerancia y equidad? ¿Esos son los profesionales que irán a comunidades rurales a impartir conocimiento y capacitar a quien lo requiera en el oficio o práctica respectiva para que puedan desarrollarse y alcanzar un nivel decoroso de vida?
¿Qué tanto defendemos? 
El status quo, el querer que no cambie nada, porque los que leemos esto tenemos un techo, alimento y servicio de salud asegurado.

Pero entonces, ¿De qué te cuidas mexicano, si nada tienes?

Eugenia León cantando: ¿De qué te cuidas mexicano, si nada tienes?



1 comentario:

Anónimo dijo...

EXCELENTE Pati: gracias por la reflexión.
Martha Bojorquez

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